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» Conducir seguro pese a la lluvia.

1. Comprueba siempre los neumáticos antes de salir a la carretera.

Asegúrate de realizar las siguientes operaciones de mantenimiento de forma rutinaria: Vigila la presión de los neumáticos. La presión correcta para los neumáticos es la que indica el fabricante del vehículo y habitualmente se puede consultar en el borde de la puerta del mismo, en el chasis cercano a las puertas, en la puerta de la guantera o en el tapón del depósito. También se indica en el manual del usuario. El número que se incluye en la parte lateral del neumático no es la presión de aire recomendada: se trata en realidad de la presión máxima que puede aceptar el neumático. Debes comprobar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes. Comprueba también la profundidad de la banda de rodadura. Si ésta es la adecuada, se evitarán los derrapajes y el aquaplaning.

2. Conduce más despacio.

Al llover, el agua se mezcla con la suciedad y el aceite que se encuentran en la carretera, creando las condiciones perfectas para derrapar. La mejor forma de evitar los patinazos es reducir la velocidad. Si conducimos más despacio, más banda de rodadura del neumático estará en contacto con la carretera, lo que supone una mayor tracción.

3. Cómo reaccionar en caso de derrapaje.

Incluso los conductores más cautelosos pueden sufrir las consecuencias de los patinazos. Si tu coche derrapa, recuerda que no debes frenar con fuerza. No bombees los frenos si cuentas con un sistema antibloqueo de frenos (ABS). Por el contrario, debes pisar el pedal con firmeza y con regularidad y dirigir el coche en la dirección hacia la que está derrapando.

4. Mantén la distancia de seguridad con el coche que te precede.

En caso de lluvia, hay que utilizar con cuidado todos los controles principales del coche, es decir, la dirección, el embrague, los frenos y el acelerador, y hay que prever los errores y las emergencias. En un día de lluvia, cuando empieces a conducir, los zapatos estarán mojados y podrán resbalar de los pedales. Limpia bien las suelas de los zapatos en las esterillas o en la moqueta del coche antes de arrancar el motor. Todos los automovilistas deben comprobar con regularidad el funcionamiento adecuado de las luces delanteras, las luces traseras, las luces de frenos y los intermitentes. Frenar en una carretera mojada te llevará aproximadamente el triple de tiempo que frenar en una carretera seca. Como se necesita mayor distancia de frenado, es muy importante mantener la distancia de seguridad respecto al coche que nos precede. Debes mantener el equivalente a algo más de la longitud de dos coches de distancia entre tu vehículo y el vehículo que te preceda.

5. Sigue la huella del coche que te precede. Evita frenar.

Siempre que sea posible, ralentiza, levantando el pie del acelerador. Enciende las luces delanteras, incluso aunque llueva ligeramente. No sólo te ayudarán a ver la carretera, sino que son muy importantes para que otros conductores te vean. Si tu coche cuenta con faros antiniebla traseros, enciéndelos, de manera que los vehículos que vayan detrás puedan verte mejor.

6. Prepara para tu viaje.

En caso de lluvia, hay que utilizar con cuidado todos los controles principales del coche, es decir, la dirección, el embrague, los frenos y el acelerador, y hay que prever los errores y las emergencias. En un día de lluvia, cuando empieces a conducir, los zapatos estarán mojados y podrán resbalar de los pedales. Limpia bien las suelas de los zapatos en las esterillas o en la moqueta del coche antes de arrancar el motor. Todos los automovilistas deben comprobar con regularidad el funcionamiento adecuado de las luces delanteras, las luces traseras, las luces de frenos y los intermitentes. Frenar en una carretera mojada te llevará aproximadamente el triple de tiempo que frenar en una carretera seca. Como se necesita mayor distancia de frenado, es muy importante mantener la distancia de seguridad respecto al coche que nos precede. Debes mantener el equivalente a algo más de la longitud de dos coches de distancia entre tu vehículo y el vehículo que te preceda.

7. Cómo evitar el aquaplaning y enfrentarse a él cuando ocurra.

El aquaplaning se produce cuando se acumula agua delante de los neumáticos a un ritmo mayor del que necesita el peso de tu coche para desplazarla. La presión del agua provoca que tu coche se levante y derrape sobre una fina capa de agua que se encuentra entre los neumáticos y la carretera. En este punto, es posible que el coche pierda todo contacto con la carretera, y se puede producir un derrapaje o un patinazo que le desplace fuera del carril en el que está circulando, o incluso fuera de la carretera. Para evitar el aquaplaning, mantén los neumáticos inflados adecuadamente, mantén una buena banda de rodadura y sustitúyelos cuando sea necesario. Asimismo, debes ralentizar la marcha cuando conduzcas en carreteras mojadas, y evitar los charcos. Procura conducir por los surcos que van dejando los coches que van delante. En caso de aquaplaning, no frenes ni hagas giros bruscos. Esto puede hacer que tu coche derrape. Ve soltando el pie del acelerador hasta que el coche vaya más despacio y puedas sentir de nuevo la carretera. Si tienes que frenar, hazlo con cuidado, bombeando ligeramente. Si tu coche dispone del sistema ABS, frena normalmente: el ordenador del coche imitará esa acción de bombeo en caso de que sea necesario.

8. Si llueve demasiado, no dudes en parar.

El exceso de lluvia puede sobrecargar las escobillas, de manera que se mantenga un flujo continuo de agua sobre el parabrisas. Cuando se produzca esta limitación de visibilidad, y no se pueda ver el borde de la carretera ni otros vehículos a una distancia segura, habrá llegado el momento de parar el coche en el arcén y de esperar a que amaine la lluvia. Es incluso mejor parar en las áreas de servicio y en otras áreas protegidas. Si el arcén es la única opción, aléjate lo más posible de la carretera y espera a que pase la tormenta. Mantén las luces encendidas y enciende las luces de emergencia para avisar a los demás conductores.

9. Al inicio de la tormenta es cuando la carretera estará más resbaladiza.

Al inicio de la tormenta es cuando las condiciones de la carretera son más difíciles, puesto que el barro y el aceite de la carretera seca se combinan con el agua, formando una capa muy resbaladiza. Es muy posible que disminuya el control sobre el coche, por lo que habrá que extremar las precauciones durante la primera media hora de lluvia.

10. El tiempo nuboso disminuye la visibilidad.

Extrema las precauciones cuando adelantes a otros vehículos.

11. Es necesario que los frenos se sequen después de pasar por encima de algún charco.

Si has pasado por un charco lo bastante profundo como para que se mojen las pastillas de freno, frena ligeramente para darles tiempo a secarse.

12. No conduzcas cuando te encuentres cansado.

Para al menos cada dos horas o cada doscientos kilómetros.

Fuente: GoodYear España

 

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